lunes, 18 de junio de 2007

Crisis de Fe

-JSLL-

No, no os equivoquéis. No soy religioso. Ni creyente siquiera. Quizá lo fui de pequeño, cuando la inocencia y la ignorancia empujaban a creer en algo por encima de mí. Quizá, en aquél mundo de plastilina y pinturas "carioca" y "dos más dos son cuatro, cuatro y dos son seis", creía en algo porque necesitaba creer. Pero ahora... No. No hay dioses, ni ángeles, ni demonios. Sólo estamos yo y el mundo, sentados cada uno a un extremo de una mesa donde se discute mi destino con dos dados que seguramente están trucados.
Ya hace tiempo que me desprendí de la necesidad imperiosa de creer, pero, a pesar de todo, mi fe se tambalea. ¿Fe en qué? Fe en mí mismo. La única fe a la que doy cobijo, que ahora se pasea en la cuerda floja con las suelas manchadas de grasa. ¿Por qué? Digamos que me convertí en lo que más he odiado. Tanto tiempo huyendo del hombre del traje gris y ni me di cuenta que, al correr, mis ropajes desteñían. La velocidad me robaba los colores por querer ir más rápido que el tiempo. Iba a tan alta velocidad, que creí mi cuerpo indestructible, me sentí invencible hasta que la vida, que es muy bella, sí, pero también muy puta y muy traidora, se encargó de ponerme en mi sitio, siempre en el mismo asiento de la misma sala del mismo edificio. Siempre la misma historia que contar, el mismo tiempo que perder.

Jamás quise ser así. Quise escapar de la rutina, hacerle un corte de mangas al aburrimiento y reírme de todo ello desde lo alto de una montaña. Pero nadie me dijo que la rutina iba en un "fórmula uno", que el aburrimiento tiene de piedra el alma y que las montañas son más altas de lo que se ven en el horizonte. Mucho más altas.

Aspiré demasiado alto. Quise copiarle la melancolía a la lluvia otoñal, robarle al mar su agónico perfume, besar a todas las cubanas, divorciarme de todas las casadas, colgar banderas tricolores en las películas en blanco y negro. Quise la Luna por almohada y las estrellas en un collar, pero lo único que pude echarme al cuello, fue una ristra de lucecitas de Navidad.
Y ahora, ¿Qué hacer? ¿Qué se puede hacer cuando descubres que el paisaje que se ve por tu ventana no es un prado verde, con flores, y animales del campo, sino una pared de ladrillos? ¿Qué hacer cuando el horario y el almanaque presiden la pared de tu habitación? ¿Qué hacer cuando las casillas del calendario ocupan el hueco que meses antes pertenecía a un póster de tu actriz favorita? ¿Qué hacer cuando allí fuera llueve todos los días y la ciudad se emborracha de tristeza?

Quizá sólo queda pararse y sentarse sobre una roca a la orilla del camino. Respirar, descansar, mirar al cielo, lamerse las heridas y hacer inventario de todo lo que se trae en la mochila.
Lo malo es que me he dado cuenta que ando sólo conmigo, es decir, con nada, y sin ti a mi lado, es decir, sin todo.

Supongo que lo mejor que puedo hacer es seguir hacia adelante e intentar ser la mejor persona posible.

Sergio.

miércoles, 13 de junio de 2007

Pasos

Son las 3:00 de la mañana... acabo de venir del piso de unos amigos, que hoy era el cumpleaños de uno de ellos. Al volver, me he envuelto de nuevo en el atractivo silencio nocturno. Nada que oír excepto mis pasos resonando contra la acera, nada que oír excepto mi corazón latiendo en mi pecho, nada que oír excepto mis pensamientos; a veces absurdos, a veces demasiado reales, a veces contruyendo castillos en el aire que se desmoronan con la brisa de la noche.
Al mirar al cielo, una estrella. La única estrella que brilla esta solitaria noche, ni siquiera mi amada luna está ahí para contemplar mis solitarios pasos. Un perro protesta por su ausencia, está lejano, pero ya tenemos algo en común. Hasta la luna nos traiciona.
Al llegar a mi destino, me paro en medio de la nada, respiro profundo y miro al cielo. Todavía está ahí esa maldita estrella solitaria, burlándose de mi.
Hoy me he sentido solo, no sólo en la noche, todo el día rodeado de gente, y sin embargo, sintiéndome tan sólo como ese astro que brilla en el cielo y me mira.

Sergio.

domingo, 10 de junio de 2007

Salida a la superficie

¿Dónde estoy?
Vaya, parece que he caído como otros tantos. Sí, eso parece. He empezado un blog... qué irónico; yo que decía que nunca haría uno de esos porque a nadie le importa la vida de los demás... Pero da igual, si a alguien no le importa mi vida, sencillamente que no lo lea. Escribo para desahogarme.
Es Domingo 10 de Junio de 2007. No garantizo ni una periodicidad ni una continuidad, simplemente escribiré cuando me sienta inspirado o me apetezca decir gilipolleces varias.
Me komprmeto a no mpezr a scribr d sta manera... porque esto no es un puto SMS. Intentemos escribir correctamente cuando tenemos tiempo y espacio.
¿Por qué se llama Silenciosa Noche? Bien, por dos razones: una, por que me da la gana ponerle ese título, y la otra, porque escribo siempre en el seductor silencio de la noche.
Tengo previsto dar aquí mi opinión sobre los temas que me afecten directamente a mí, o al mundo, me da exactamente igual si alguien piensa de forma contraria a mí, que no pierda el tiempo intentando convencerme de lo contrario, sólo le doy el derecho a expresar SU opinión, no a intentar cambiar la mía.
Creo que no se me olvida nada, así que espero que quién lea mis desvaríos y "tontuneces" así como mis opiniones serias o comentarios, guste de los mismos. Salud, amor y libertad:

Sergio, un perfecto gilipollas que nació en el mundo equivocado.