El final, se acerca ya
lo esperaré, serenamente
ya ves, que yo he sido así
te lo diré, sinceramente
viví, la inmensidad
sin conocer jamás fronteras
y bien, sin descansar
y a mi manera.
Jamás, tuve un amor
que para mí, fuera importante
tomé, solo la flor
y lo mejor, de cada instante
viví, y disfruté
no sé si más, que otro cualquiera,
y si, todo esto fue,
a mi manera.
Por que sabrás, que un hombre al fin
conocerás por su vivir
no hay por que hablar, ni que decir
ni que llorar, ni que fingir,puedo seguir
hasta el final
a mi manera.
Tal vez lloré, o tal vez reí
tal vez gané, o tal vez perdí
ahora sé que fui feliz
que si lloré, también amé
puedo vivir, hasta el final
a mi manera.
lunes, 9 de noviembre de 2009
lunes, 7 de septiembre de 2009
Pequeño relato gótico.
La luna llena pintaba sobre las nubes un violeta juego de contrastes que convertían el cielo en la bóveda de una cripta tenebrosa. El frío viento azotaba los cipreses que se contoneaban en una triste marcha fúnebre silbando el estribillo con sus hojas. Un halo de luna proyectaba sobre el césped del cementerio la lúgubre efigie de un ángel arrodillado que lloraba sangre sobre la rosa que sujetaba en las manos.
Y allí, delante del triste ángel se encontraba la joven; sobre la fría y mohosa lápida de piedra con la vista clavada en el epitafio que rezaba: "Hasta la Eternidad".
Allí volvió a dejar otra rosa como cada noche, amontonándola junto al resto de las marchitas rosas olvidadas.
Allí volvió a llorar.
Allí volvió a lamentarse.
Allí volvió a leer su propio nombre grabado en la lápida.
Allí volvió a desaparecer junto con el rayo de luz de luna.
Y allí volvería a aparecer cada noche "Hasta la Eternidad".
Y allí, delante del triste ángel se encontraba la joven; sobre la fría y mohosa lápida de piedra con la vista clavada en el epitafio que rezaba: "Hasta la Eternidad".
Allí volvió a dejar otra rosa como cada noche, amontonándola junto al resto de las marchitas rosas olvidadas.
Allí volvió a llorar.
Allí volvió a lamentarse.
Allí volvió a leer su propio nombre grabado en la lápida.
Allí volvió a desaparecer junto con el rayo de luz de luna.
Y allí volvería a aparecer cada noche "Hasta la Eternidad".
jueves, 12 de marzo de 2009
Pies
PIES HERMOSOS
La mujer que tiene los pies hermosos
nunca podrá ser fea
mansa suele subirle la belleza
por tobillos pantorrillas y muslos
demorarse en el pubis
que siempre ha estado más allá de todo cánon
rodear el ombligo como a uno de esos timbres
que si se les presiona tocan Para Elisa
reivindicar los lúbricos pezones a la espera
entreabrir los labios sin pronunciar saliva
y dejarse querer con los ojos espejo
la mujer que tiene los pies hermosos
sabe vagabundear por la tristeza.
Por Mario Benedetti
lunes, 26 de enero de 2009
Because the night belongs to lovers
Su puño aprieta fuerte la almohada mientras nota su lengua recorriendo su suave y blanco cuello de cisne. Con la otra mano coge las sábanas cuando él desvía la boca hacia sus preciosos senos, donde juguetea un poco con los pezones antes de recorrer el vientre que le llevará hasta la mojada gloria de su sexo. Allí rodea la entrada antes de probarla, con la intención de enloquecerla de ganas, mientras ella arquea la espalda llena de placer incontenido, deseando sentir su lengua saboreando su esencia femenina. Es entonces cuando se adentra con dos dedos en ella notando por la humedad de su palpitante sexo cuánto ansía que la posea. Los "boxer" ahora delatan su obvio deseo de hacerlo y ella no puede evitar extender la mano para sentirlo mejor mientras al contacto carnal de su fina y femenina mano, él cierra los ojos poseído por el placer que le envuelve.
Ella, ansiosa, desnuda su miembro erecto para saborearlo delicadamente notando el calor que desprende y la rigidez de su deseo. Enloquecido por la lujuria, se desprende momentáneamente de ese dulce beso para adentrarse en la comodidad de su vagina que lo recibe expectante y llena de placer. Al adentrarse, nota como va separando poco a poco las humedecidas paredes y gime de placer. A cada embestida le sigue un erótico gemido femenino que intensifica la tormenta de sensaciones que recibe por todo su cuerpo. Ella, abraza con las piernas su cintura entrelazando los pies a su espalda impidiendo que escape de su prisión voluntaria de éxtasis incontenido.
Tras una hora de fusión de almas, las acometidas son rápidas y profundas y frente a frente con los ojos abiertos, clavándose la mirada, los dos se estremecen en una explosión de placer infinita que les deja por un momento sin respiración y con la mente en el paraíso antes de caer exhaustos sobre el colchón.
miércoles, 21 de enero de 2009
All in
En mi mano un As y un Rey, y volteadas en la mesa un dos y un tres todos de corazones. Sólo una Dama de picas se aísla de las dos. Sé que sólo han salido tres cartas, pero yo he apostado la mitad de lo que tengo cuando mi Rey y mi As se miran nerviosos. Si la carta siguiente es de corazones, tendré color al As, una mano fuerte. Pero la carta que se voltea es otra Dama, esta vez de diamantes, no tengo nada formado y sólo queda una oportunidad para ganar o perder, pero me da igual, yo ya he hecho "All in".
La quinta carta, se voltea lenta y ceremoniosamente para mostrar otra Dama, pero de corazones. Tengo el color más alto posible, pero en la mesa hay tres Reinas y si mi contrincante tiene la suerte que traen los tréboles de su posible Reina hará un póquer de Damas, lo que superaría mi mano. Pero me da igual, yo ya he hecho "All in".
Sin conocer a mis contrincantes, ni siquiera sé cuántos son, ahora sólo queda mostrar las cartas, que serán las que decidan quién pierde los sentimientos invertidos en la partida y quién gana el "All in".
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