Imaginad si son oscuros que estoy escribiendo a las 12:50... del mediodía. Han pasado ya unos tres años desde que comenzó la segunda Gran Depresión. Tres años llenos de incertidumbre, recortes, inflación, dudas, desconfianza, reducciones, cierres y oscuridad. Nuestros padres han vivido otras crisis como ésta, pero no tan largas y profundas. Sólo mis abuelos vivieron la del 29 y casi con mi misma edad. Ahora me haría falta sus historias y consejos... cómo ellos sobrevivieron en una España tercermundista y en plena depresión. Y creo que ya sé la respuesta: Estaban hechos de otra madera, mucho más resistente, trabajadora y fuerte que nuestras generaciones actuales, hartadas de caprichos, moda, televisión basura y deseos de fama y riqueza fácil. No creo que las generaciones venideras (llamadas generaciones "nini", ni estudian ni trabajan), nos vayan a sacar de esta espiral descendente de decadencia.
A ver, que me voy por las ramas. Yo había venido aquí para auto-alentarme un poco. Que ya me canso de tanto pesismismo. Quiero que esto sea un reflejo de la situación actual para que dentro de unos años pueda volver a leerlo y diga: pues tampoco fue para tanto.
Me he puesto a pensar y he hecho un símil de la crisis con el vuelo de un avión. Más concretamente con la maniobra que se tiene que realizar para sacar un avión en pérdida de ese descenso sin control.
Primero simplificaré la crisis de forma pictórica: Desde mediados de los 90 la economía subía exponencialmente, pero no de forma correcta y sana. Había dinero, pero sin sustento detrás. Esta situación se mantuvo durante años hasta que en el 2007, la economía empezó a perder altura y a descender en picado hasta hoy.
De la misma manera, un avión puede subir simplemente actuando los controles para que lo haga, pero sin darle potencia es un ascenso que no podrá durar, porque alcanzado un determinado ángulo de morro arriba, el ala perderá la sustentación y entrará en pérdida descendiendo. La similitud es muy acertada. El 2007 es el momento en el que la economía entró en pérdida.
Y entonces, ¿Qué se hace para que el avión deje de caer? Instintivamente, lo que cualquier persona haría sería tirar del mando hacia atrás para intentar volver a subir, pero eso sólo haría que la pérdida fuera más pronunciada. La acción a seguir es picar el avión hacia abajo, ganar velocidad y aplicar potencia para a continuación nivelar el avión y dejar de perder altitud. Una vez estabilizado, se puede continuar el ascenso, pero siempre aplicando potencia y sin rebasar el ángulo de morro arriba máximo.
Creo que la explicación está de más, pero aún así resaltaré que siento que estamos picando la economía para ganar velocidad, volver a restaurar el flujo de aire en el ala y poder así dejar de caer saneando las subidas y proceder a un desarrollo sostenible, equilibrado y racional.