Un beso. Una caricia. Una sonrisa. Un café. Correr. Un helado. El chocolate. Leer. La música. Volar. Viajar. Una película. La lluvia. Hacer el amor. Dormir. Gritar. Aprender cosas nuevas. Una ducha. Reír. Conducir. Jugar. Escribir. El olor a nuevo. El ilusionismo. Macarrones. El teatro. El vodka. La tortilla de patatas. Conversar. La montaña. Verte. La nieve. Las sábanas nuevas. Las mujeres. La luna. La noche. El póker. El tronco de la lechuga. El fuego. Patricia Conde. La psicología. Los coches. Las velas. El olor a madera. El lado frío de la almohada. Un examen bien hecho. El jamón recién cortado. Ligar. La cerveza. Los amigos de verdad. Un trabajo bien terminado. El calor de las mañanas invernales. Los jazzclubs. La luz azul. Las rosas. El terciopelo negro. El olor a orégano. La mozzarella. Internet. El olor a pintura. Llegar a un destino. Comprar un chollo. Saltar.
Una lista de mis pequeños placeres de la vida que hacen que sea más llevadera y que me rescatan de momentos bajos.